¿SABIAS EN QUÉ CONSISTE?

EL SENADO SE COMPROMETE A DAR VISIBILIDAD A LAS PERSONAS CON DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO



 El daño cerebral adquirido se caracteriza por causar discapacidad de forma repentina a más de 100.000 personas al año. Tras una lesión en el cerebro, como un ictus o un traumatismo cráneo-encefálico, las consecuencias pueden causar problemas físicos, cognitivos, en la comunicación, alteraciones sensoriales, emocionales y en las personalidad. En España las 420.000 personas que viven con daño cerebral adquirido se enfrentan a un panorama de recursos de atención insuficiente: existen 93 centros especializados en daño cerebrales que ofrecen 4.426 plazas de las cuales 727 son públicas, 1.275 concertadas y 2.424 privadas.


Cada año se dan más de 104.700 nuevos casos de discapacidad por daño cerebral adquirido y 80.224 corresponde a personas  españolas menores  de 65 años, "es decir", están en edad laboral.

Las personas que han sufrido un daño cerebral adquirido, tras concluir su proceso rehabilitador, sufren secuelas que limitan sus posibilidades de reintegrarse a la actividad laboral que estaban desarrollando antes.
Tanto los déficit físicos (hemiparesias, problemas sensitivos, visuales, etc.) como cognitivos (lentitud en la velocidad de procesamiento, dificultades de concentración...) pueden interferir en su vida laboral, pero no impedir necesariamente la misma, siendo básico dotar a las personas afectadas de las herramientas que le permitan retomar su actividad. Es habitual presentar desorientación y confusión con los pasos a segur, siendo necesario en ocasiones cambiar de profesión. Es por esto que se hace necesario contar con personas de referencia o de apoyo que les asesoren y ayuden en el proceso de toma de decisiones con respecto al futuro.

Autonomía personal Inserso

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