COLINA
DE LAS CRUCES
Situada a trece
kilómetros al noroeste de de la ciudad de Siauliai (Lituania) y anunciada por
puestos de artículos religiosos (sobre todos cruces, naturalmente) en todos los
materiales posibles, se presenta a los visitantes, una modesta altura, sobre la
cual se amontona una sobre otra, como si de una selva se tratara, cruces
clavadas sobre el terreno o colgadas de las más grandes. En el llano frente a
la colina se encuentra la Gran Cruz de leño con Cristo de bronce, donada por
Juan Pablo II en ocasión de su visita a la colina, el 7 de septiembre de 1993.
El sentido original
de las cruces no solamente es católico sino también pagano. Las primeras cruces
se colocaron durante el XIV y muchos mitos todavía circulan para darle
explicación a su origen. A partir de las primeras cruces, durante las guerras o
épocas en las que el pueblo estaba oprimido, las cruces volvían a brotar como
símbolo de fe y esperanza.
En época soviética
las cruces simbolizaban
la resistencia lituana. Por ello en la primavera de
1961, el gobierno decidió terminar con la Colina de las Cruces de una vez por todas.
Pasaron Buldóces por encima y las destruyeron… pero no ayudó: nuevas cruces
aparecían durante la noche, principio pequeñas, pero gradualmente mayores y
mayores aún. Estalló una verdadera guerra de cruces y continuaron los intentos
de devastar la colina. Los Buldóces siguieron intentándolo durante diez años.
Hubo incluso un proyecto de anegar el lugar. Pero todo fue en vano, noche tras
noche volvían las cruces y, en 1985 la colina fue dejada en paz.
Aunque se trata de
una tradición muy antigua, sin embargo muy pocas, o posiblemente ninguna de las
cruces que se encuentra en la actualidad son anteriores 1985. Hoy hay más
50.000 cruces, imágenes, cuadros de santos y mástiles con estatuillas, muchos
adornados con numerosos rosarios. La colina está decorada con bellísimas cruces
ornamentadas. Cada cruz tiene su propia historia, pero la historia importante
es la de todas.
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