COSAS DE LA EDAD (2ª parte)
Con excesiva frecuencia vemos cómo se achaca al edad muchas enfermedades reumáticas, dando a entender de alguna manera que son inevitables y que hay que aprender a vivir con ellas, a sufrirlas. Ciertamente hay enfermedades como la artrosis o la osteoporosis que tienen una relación directa con la edad, pero eso no significa que no haya alternativas, no hay que rendirse.
En nuestra experiencia clínica observamos con demasiada frecuencia como el paciente acude a nuestra consulta en una situación de desesperanza injustificada.
Personas que hasta hace poco tiempo eran vitales y autónomas y a las que la aparición de una enfermedad reumática les ha ido apartando de lo que eran sus actividades de la vida diaria y de sus aficiones.
Una simple tendinopatía que no se diagnostica y se cronifica, una artrosis que avanza inexorablemente, una lumbociatalgia que nos impide algo tan sencillo como levantarnos de la cama o vestirnos y que ya no responde a analgésicos y antinflamatorios, una metatarsalgia que nos impide caminar... la percepción de que se "va a menos".
Pacientes que han probado todo tipo de medicamentos, que han realizado fisioterapia, que han recurrido incluso a medicinas alternativas, y que ante la falta de resultados han llegado a la conclusión de que no hay nada que hacer, que "son cosas de la edad".
Lo cierto es que no es así, las enfermedades reumáticas son eso, enfermedades, y es cierto que son más frecuentes a unas edades que otras, pero no se trata de una maldición bíblica, son enfermedades y tienen tratamientos para enfrentarse a ellas y conseguir recuperar una calidad de vida a la que nunca hay por qué renunciar.
Entre los tratamientos farmacológicos y el quirófano contamos hoy día con un abanico de alternativas terapéuticas que, enfocadas a la reparación de las estructuras dañadas, permiten una recuperación más que significativa del daño articular, muscular y tendinoso, y que son en sí mismas una auténtica opción.
La aplicación de las últimas técnicas de electromedicina combinadas correctamente con otras terapias más conocidas, desde fisioterapia a acupuntura, aplicadas de forma personalizada a cada situación; y en continuo avance como puede ser el caso ahora mismo de la ozonoterapia o los complementos nutricionales.
Por eso no hay que abandonarse, hay que buscar soluciones y en el Instituto Reumatológico es lo que hacemos día a día, dar soluciones para la vida diaria.
Por: Dr. Marcos Marqués-Director Médico del Instituto Reumatológico Asturiano.
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